miércoles, 3 de junio de 2015

El amor o la guerra de los libros en la Feria de Madrid



podría ser el título de este artículo que escribo a vuelapluma como dirían algunos cursis que no entendieron  el Ensayo sobre  lo cursi de Ramón Gómez de la Serna.

Ir al Retiro en estos días de calor, en fin de semana , con todos los niños de menos de 5 años atravesando el arco de los muslos de las gentes paradas en las librerías móviles mirando las portadas de los libros como si fueran cartuchos y adentro estuviera el componente letal del arma, la pólvora mortal…ir al Retiro cuando el sol pica y cuanto más avanzas más terrible es el sol que va cayendo más cuando más avanzas y no llegas nunca al destino imaginado, y la piel suda porque suda con crema o sin ella, más o menos, con fuerte olor o sin el, quieras o no, suda la piel y el cuerpo envejece de repente.

Mientras pienso en el Principito , la obra de teatro que no he podido ver , camino pensando en que un agua helada no me vendría mal aunque fuera perjudicial para mi salud como fue la muerte para Felipe el Hermoso. Pararse es la muerte. O al menos el recuerdo ansioso de la sed.  Pero no puedo dejar pasar la ocasión . Y en recuerdo de una deuda, que Jesús y yo, y quienes un día supieron de una pretendida antología sin nombre por entonces, en el aula de ccoo presentando libro Antonio Hernández , me llevo agradecido de parte de  Jesús Hilario Tundidor su Fertilidad de los Vocablos en seis lenguas extranjeras para que mi poco conocimiento del extrarradio europeo se haga más afín, más sensato, más comunitario , que falta nos hace a todos acercarnos más a las lenguas que no son las nuestras y comprendemos menos y nos aterrorizan si no somos seducidos por sus lenguajes, por sus músicas, o por sus roles menos futboleros y más minoritarios.




Camino hacia la caseta 308, la de Huerga y Fierro donde Barbara Ouka Leele firma otro libro y allí veo un ramillete de ellos, nombres ….  Saludo a Villo, y me quedo sin preguntar a Javier Dor, ni a ningún otro si es pariente de Miguel, Pablo, y Eugenio Dors . Al otro lado de la caseta me anima Bolo a compartir su libro El charro roto de Jorge Negrete , con prólogo del cantante Bunbury, y epílogo de Raquel Lanseros, es un volumen al que lamento no haberle tirado una foto, porque es una edición muy cuidada publicada por la editorial Huerga y Fierro, en la colección que dirige Ouka Leele , y hablamos con Mikel, Dani, Ana Sagredo, Pilar Bastardés, y el polifacetico Pomar que en breve se va a dar a la radio Fnac y podremos oir la cultura en las ondas hipnóticas.      




A solas voy memorizando imágenes y versos del libro canario si nacionalidad puede tener un libro , su materia, su papel, tinta y demás componentes y decir que quién es canario , la persona como la materia no puede ser o si , o nos da lo mismo la constitución legal , política, o poética, al fin y al cabo es la ética del versificador que al juntar su estética menos costumbrista y más profunda y musical nos lleva a lo primigenio del origen , a las fuentes de la vida, al agua. El poeta Javier Cabrera, en su libro que viene a casa en un vuelo comercial, editado por Gas Editions , y titulado como ardor del agua , lo termino y vuelvo a leer que es lo que sucede con las cosas que repetimos por gusto, y no por el mero trabajo de rellenar unas cuartillas para los lectores que eso es otra cosa y lo mismo .



A punto de salir veo un camarógrafo de Efe. Y una decena de personas alrededor de un tal Francisco Arrabal. Sonrío como sonríe quién en su anónima libertad hace uso de ella y escapa de los tumultuosos gentíos y famoseas horas.


Pero no puedo dejar de dar un paso atrás, al encontrar mis dos ojos tatuados cada uno con un nombre,  Salto de Página. Saludo a Pablo Mazo y recuerdo a Manuel Vilas , lo saludo como se saluda a quién se conoció en la misma vida pero parece otra a través de la distancia y el amontonamiento de los años. Ahora mismo estoy pensando más en el poeta Rikardo Arregi autor  del libro de poemas Debe decirse dos veces , traductor de Ernestina de Champourcin, el argentino Roberto Arlt, o los portugueses Sophia de Melo y Eugenio de Andrade. Digo que recuerdo al editor por estos logros de su elaborado arte empresarial al editar hasta poesía, género del que sabemos que es más fácil arruinarse que enriquecerse verso a verso. Me repito si digo que recuerdo a Pablo Mazo  más por estos hechos últimos que por los años en que éramos jóvenes en la Facultad de C. C. Información , cuando todo estaba por llegar y nadie sabía que de esa fábrica de sueños alguna chica llegaría a ser Reina de España y ser la portada más publicada feria a feria del libro otras veces .      
      



Me encuentro en la calle al cámara de efe , le pregunto por N. P. y no lo conoce , dice , sin apenas mirarme , y yo pienso , ¿está trabajando? ¿esa cámara es de verdad de Efe, o lo fue, y ahora lo lleva un freenlance ? Y mientras pienso y el sol en toda su extensión prolonga la fertilidad de sus rayos sobre mi enjuto cuerpo desaparezco como la sombra de quién era esta mañana al pensar que iba a ir al Retiro, y recordaba lo que era ir a la Casa de Fieras, cuando había más analfabetos y menos libros, menos famosos y menos televisiones , más albañiles y más pescadores , más Biblias menos quijotes y el turismo no llegaba a la Feria del libro y se iba todo al Rastro donde se encontraban otras armas, con pólvora de verdad y libros incunables.      

PD He leido repetidas veces que en esta feria , saldrán ediciones de Jose Ángel Valente, Teresa de Ávila, Dámaso Alonso, etc Pero en ningún caso se habla de Jaime Gil de Biedma . Raro. ¿Verdad? 

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