domingo, 26 de octubre de 2014

EN CLAVE DE LIBROS













TRES ESCRITORES UNIDOS POR EL POSTMODERNO JAIME GIL DE BIEDMA. 

Afirmemos de una vez que la postmodernidad ha muerto, como bien dijera Francisco Umbral. Cuando los 80 morían y el arte de los 90 no acababa de cuajar en otra definición mejor, nos encontramos a estos tres poetas: Luis Alberto de Cuenca, Ramón Irigoyen y Luis Antonio de Villena. Ellos vienen de la literatura clásica al igual que uno de sus maestros-amigos, Jaime Gil de Biedma.



Podríamos decir que quizá por la época que les tocó vivir  tuvieron que estudiar griego y latín y que fueron desde la épica de Grecia,  con sus epopeyas homéricas, a los epigramas latinos; donde los césares, los senadores patricios eran cantados por los escribas. Igual corearon las excelencias triunfales de las Galias, el amor entre los hombres esclavos, que la coronación del hispano Teodosio el Grande en la enorme región del Cauca, hoy apenas una pequeña comarca rodeando la Villa de  Coca, Segovia. De aquellos siglos llegaron nuestros poetas al Siglo de Oro de la literatura mundial, me atrevería a decir,  si no fuera por la fértil competencia francesa  que no obstante no culmina hasta la Ilustración. En este periodo nuestra literatura ha perdido brillo, ha perdido belleza, porque el sol se pone cada tarde y no es como en aquellos infaustos tiempos de Felipe II para aquellos hambrientos españoles, que no encontraban sustento si no iban a las guerras y cantaban proezas como la Pica de Flandes,  que quedaban enmarcadas en reales lienzos velazqueños. 

Y del oro del siglo pasaron a las “Coplas por la  Muerte de su padre” de Jorge Manrique y se hicieron fuertes frente a las almenadas  rimas de Gustavo Adolfo Becquer, y vieron cómo la generación del 27 pasó con la muerte, el tiempo y la vuelta de los mitos. Y finalmente ya en la generación del 50 conocieron a aquellos que iban a ser sus maestros, o mejor dicho,  sus “hermanos mayores” o amigos,  como lo fue el poeta  Jaime Gil de Biedma.          

LUIS ALBERTO DE CUENCA 

Presentada su última obra “Cuaderno de vacaciones” en una larga y amena exposición por el periodista Diego Moldes, centrada en la diversidad de los géneros que toca el poeta Luis Alberto de Cuenca, como el cine, el ensayo, artículos de investigación y de historia (no olvidemos que es miembro de la Real Academia de la Historia, y del CSI  Consejo Superior de Investigaciones Científicas) comprobamos cómo este “Cuaderno” recoge, repartidos en ocho epígrafes, ochenta y cinco poemas escritos, en su mayor parte en los veranos comprendidos entre 2009 y 2012. 

Como no podía ser de otro modo, hay uno dedicado a la tragedia del amor con 20 años acabados en un accidente de auto. Editado por Visor en tapa dura, en la colección Palabra de Honor, dirigida por Luis García Montero, Jesús García Sánchez, con ilustraciones del pintor granadino Juan Vida.

Hay un poema del dinosaurio en la cama que nos recuerda al guatemalteco Monterroso y otro titulado “Basura Genética”. No faltan como siempre poesías de amor  tomar.  El libro está fechado  el día de la festividad de Santa Inés.  Leer el nombre de tu abuela en el libro de otro siempre es una emoción mayor. En el turno de preguntas, que es uno de los apartados importantes para dar a conocer lo mejor de la obra y el autor, se le preguntó  por la lista de autores que a él más le interesan. Y  contestó dando un repaso a toda la historia. Empezó por los líricos griegos, compaginándolos con Homero. Siguió con los elegíacos romanos  y los trovadores provenzales. Pasó a los renacentistas como Garcilaso, los sonetos de Shakespeare, los románticos Leopardi, Keats, Shelley, e incluso el español  Espronceda. Luego llegó a nuestra tradición de modernidad, que nace en Bécquer, pasa por Rubén Darío y llega a JRJ y a los hermanos Machado, prolongándose en el 27 y, más modernamente, en la poesía de la Generación del 50.

Aunque intenté adquirir el libro, el mismo día de la presentación, no pude porque se había agotado y estaba pendiente de reposición. Pero encontré en casa un pequeño libro de artículos, prólogos, ensayos, titulado, Palabras con Alas,  que deglutí en unos viajes en tren, recuerdo que casi me paso de estación y salté del tren mientras me golpeaban las puertas en San Fernando de Henares. Lo leí como cuando la literatura era tanto leer los sueños del otro como hacerse partícipe, crítico y señor de esas historias.

RAMÓN IRIGOYEN 

Ramón Irigoyen reúne 4 libros en una visión satírica del mundo muy personal. En 310 páginas bien caben los libros: Cielos e inviernos (1979), Los abanicos del Caudillo (1982), Romancero satírico (libro inédito) y La mosca en misa, que es el germen de algo mayor y reúne seis poemas inéditos.

Cielos e inviernos (70 poemas) causó un impacto fulminante en la poesía española, según el “maestro” Juan García Hortelano. Lo que para Joaquín Marco es "La voz más renovadora del panorama último" Los abanicos del Caudillo (poemario dividido en 14 fragmentos) provocó "un sonoro escándalo" dijo Santos Sanz Villanueva. En 1982, fue noticia de ámbito nacional durante meses. En “Pueblo” escribió en un extenso artículo Jaime Gil de Biedma: "Una obra excelente y del mayor interés dentro del panorama general de la poesía española contemporánea". Y para terminar continúa diciendo Manuel Vicent: "Realmente sus versos son brutales, bellos   y escandalosos".

Romancero satírico canoniza, en sus 29 romances, a personajes de la política, de la literatura, del fútbol y de la prensa del corazón. Incluso hay un romance  dedicado al cardenal Rouco Varela, El sermón del señor Rouco, que glosa el pronunciado por el cardenal en la boda de los Príncipes. Se acuerda el autor de Michel y Hugo Sánchez  como si hubiera respirado por sus jugadas y se hubieran quedado sus pulmones huérfanos sin ellos. Siendo pamplonica no se olvida de Osasuna, y del mejor Barça no habla. Se queda cuando nació Cruiff en 1947, el mismo año que cruzó el espejo Manuel Machado a la otra vida. Por el libro desfilan; Naomi Campbell, Joaquín Cortés, Almunia, “El Rebuzno de Borrel”, Versace y otros personajes. También la selección Española de fútbol que gana  y “El Escándalo en los Juegos” donde habla del dopaje en Grecia. “La Mosca en Misa” cuenta seis poemas escritos en verso libre. En el poema Fantasías en el telediario -y las fantasías son sexuales- un excocinero del Opus Dei cuenta su enamoramiento de una presentadora valenciana.  “El hombre no curra en casa” denuncia la alergia a las tareas domésticas de una nada famélica legión de hombres porque cocinan y friegan sus mujeres. El poema La Mosca en Misa, que da título al libro,  es una sátira feroz del terrorismo etarra. 

Una de las cosas por las que tanto me interesa esta antología de Ramón Irigoyen es porque en este libro hay unos artículos en torno a la ayuda ministerial que se quedó en la mitad, para la publicación del libro “Los Abanicos del Caudillo”. Hombres de letras como Paco Umbral, José Manuel Caballero Bonald, Claudio Rodríguez, José Miguel Ullán, Fernando Savater  y Jaime Gil de Biedma, apoyarán  a  su colega en los medios, desde donde cuestionarán la forma en que el nuevo régimen democrático, gobernado por Felipe González, descuida a los escritores. También encontrarán la afirmación de Julio Caro Baroja de la importancia y provocación de libros como “Los Abanicos del Caudillo” que también tenía su otra cara en el libro de 900 versos llamado “La hoz y el zarcillo”.

LUIS ANTONIO DE VILLENA

El 7 de octubre,  día en que dejo de hacer casi todo para recordar al hijo que murió poco después de nacer, en la Residencia de Estudiantes fue presentado por el periodista y poeta Raúl Rivero y por el editor de Verbum, Pío E. Serrano, el libro Cuerpos, teorías, deseos. Poemas escogidos. Esta antología seleccionada por el propio Luis Antonio de Villena contiene más de cuatro décadas de poesía reunida en una sola obra. Dice el periodista Alfredo Gómez en el  Norte de Castilla que “con una lectura atípica, entre la charla distendida y el diálogo teatralizado, de Villena presentó  su última obra. 

“Una antología de los poemas que he escrito a lo largo de mi vida. Curiosamente, no tiene ningún poema inédito, sino que es una selección de mi poesía editada entre 1971 y 2012” nos va diciendo el propio autor. 

L. A. de Villena es básicamente poeta, amén de articulista y narrador. Con solo 19 años le publicaron su   primer libro de poemas, Sublime Solarium, mientras otros nos conformábamos con rozar una piel y llevarnos el olor que quedaba debajo del perfume al dar los besos del adiós, él ya tenía un libro abierto al mundo con su propio nombre para la historia. Ha adaptado obras de teatro, y es un consumado ensayista. Su obra ha sido traducida y él mismo traduce a varias lenguas. Ha recibido entre otros galardones, el Premio Nacional de la Crítica (1981), el Azorín de novela (1995) y es doctor honoris causa por la Universidad de Lille (Francia). Por si esto no fuera bastante, escribe en varios medios de comunicación desde hace más de 20 años. Actualmente colabora en El Mundo y en Radio Nacional de España. La narración “Retratos con  Flash” es una de las mejores aproximaciones a la figura de Jaime Gil de Biedma. Mucho se ha escrito, y no siempre del modo más adecuado, acerca de J. G. de Biedma, mito hoy como escritor y como persona, de la que se habla mucho pero queda más de lo que se sabe, y ahí estamos algunos intentando reconstruir su historia.  Retratos (con flash) de Jaime Gil de Biedma, se ciñe a lo que de verdad y de modo veraz L. A. de Villena conoce. Es una de las más cercanas visiones, válidas y escasas, que permiten al lector imaginar cómo fue el trato entre los dos poetas sobre todo en Madrid y en la casa de La Nava de la Asunción que la familia conservará hasta la muerte del poeta Jaime Gil de Biedma. 































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